Alas son lo que necesito
y no cuentos que me expliquen cómo volar.
Más vida en mis pies
para sentir la tierra que piso,
y menos cabeza, menos imágenes, menos pensamientos.
Necesito menos cosas para hacer mañana
y sentir mis manos llenas de hoy.
En mis ojos no quiero llevar el pasado,
ni en mis pensamientos el futuro.
Me gusta sentir mi estómago lleno
cuando he comido bien.
Bien, cuando como solo,
Bien, si como acompañado.
Sí, es importante lo que he comido.
Pero, más importante es
con el amor que me he alimentado.
¡Cuántas malas comidas
le duelen a este estómago vacío!
Lo mismo en los abrazos.
Todavía degusto entre mis brazos
el gusto de lo recibido.
Pero, mi pecho también se acuerda
de lo que esperé y no ocurrió.
Es por eso que me gusta caminar conmigo.
Es conmigo, con quién mejor camino,
me adapto bien y llevo el paso,
cuando me paro, nos paramos los dos.
Y ese sol que me calienta,
también calienta a ese que va conmigo.
Nadie me sigue mejor en mis conversaciones
y cuando mediante el pensamiento
intento ir más allá de conceptos y teorías,
no encuentro mejor interlocutor y amigo.
Es conmigo que descubro el mundo
y cuando el mundo se va y me quedo solo,
no es sólo que me quedo,
me quedo conmigo.
El Caminante